martes, 27 de enero de 2015


Decir que no al cuerpo
pero someterte.

Negarte al incendio
durante apenas unas horas
roto el reloj
si no me extralimito
quizá mi vida sea en vano.

Si no atravieso la línea
que me lleve al encuentro
de esa niña primigenia.

Por eso nado a braza por la vida
obediente a mis impulsos
podré perderme
pero volveré siempre al origen.

Quiero morir 
amando la ductilidad
de los cuerpos asfixiados.

Me gustaría
seguir rasgando 
las ventanas,
apretándome tan fuerte
que al cerrar los ojos
comulgue con mi infancia.

Mientras haya un cuerpo
capaz de callarme la boca 
mientras a ciegas
me devuelva
la conciencia 
de existir


existiré.



domingo, 18 de enero de 2015

Saturación: De asimétricas perspectivas que nunca alcanzarán a encuadrar mis sentimientos.
Desencuentro: Al constatar que el tiempo nos ha despojado de toda credibilidad.
Acuciente: La intención de no sucumbir, ni siquiera a mi propio cerebelo.
Deseo: Saberte eternamente despojado de todo poder que sobre mi recaiga.
Virgen: Emocional, sastre de un tejido que me impida ser alcanzada.

La insistente prueba de que todo es concepto, idea, hipótesis e historia sujeta a modificación.

Flagelo: El circunstancial instante en que imagino a un tú que ya no existe. Y le creo.
Amor: (Al uso) Capacidad de alguien para desvalijar al otro y desproveerle de su propia identidad.
Vacío: Consecuencia de la puta del piso de arriba.

Y la sensación de que ha terminado el tiempo en que mirarnos de soslayo.

Silencia
este
estado
de
interrogación.

No, no es a ti a quien me dirijo.
Sino al espejo.

martes, 13 de enero de 2015

"Nunca hubo tanta paz en mi vida
como aquél día
que, apoyada en mi regazo,
me contaste tu infancia.
Lo confieso, pensé:
Ojalá mis hijos sean como ella
y lleven su alma

Ahora todas mis mañanas se han quedado
sin hueco en tus semanas
no me esperas,
pero estás preciosa cuando no lp haces,
no estás al otro lado
y yo tengo que dejarte ir de mi
también,
tampoco,
porque te mereces un mundo sin final
y batallas ganadas
una paz que lleve tu nombre
y alguien que te lleve al cielo,
que es lo único que está a tu altura.

Yo, por mi parte,
te diré que lo entiendo,
y lo respeto.

Dejaré mi verdad a los poemas"

E. Sastre.

viernes, 9 de enero de 2015

El prefacio a una verdad.

Cuando son demasiadas, las palabras se rebajan en el colador de los límites que nos fijamos.
Porque ya sabemos lo suficiente y el dolor no tiene medidor.
Nadie se salva de la ansiedad que produce la falta de señuelos.
Fuerzas, que redirigen nuestros pasos hacia la resaca del pasado,
y barriéndolo todo, reducen la vorágine a un nudo en la garganta.

Nada puede salvarnos.

¿Acaso alguien podría hacerlo?
¿Acaso llegaremos a comprender el porqué de tanta huida, de tanto amor inflamado, que murió antes de materializarse?

Mudos,
en un bucle de fonemas, náufragos, nos dejaron devastados,
vacío el corazón, y la boca,
llena de arena.                                   

lunes, 5 de enero de 2015



Si de algo han servido tantos autos sacramentales, Corpus Christis, dogmas, y monopolios estamentales coronados por ese amor al retroceso tan castizo, ese querer aferrarse a los estamentos medievales mientras ya el resto de Europa "iba por el postre", si tanto se ha evitado hablar del cuerpo, de la naturaleza del hombre y la mujer, que reprimido yacía sujeto siempre a las mismas cárceles de moralina cubierta de alcanfor, es sólo para que hoy, ahora, nos sirva  a nosotras tal estancamiento como aliciente, para cambiar la manera de ver el mundo que se ha mantenido históricamente y vivamos acorde con el mundo que hoy contemplamos siglos más tarde.

Las mujeres, bajo una marginalidad que se podía vislumbrar en toda obra literaria, relegadas siempre a una excéntrica misoginia, lejos, fuera de lo que tenía importancia, acusadas desde el primer momento en que sobresalían por encima de los varones, sometidas a un escarnio fuera de cualquier lógica, han luchado para que nosotras podamos demostrar nuestra capacidad, defendiendo nuestra feminidad sin estereotipos, sensibles pero no por ello menos fuertes psicológica e intelectualmente que cualquier hombre.

Sólo voy por el siglo diecisiete de nuestra literatura y le hierve a una la sangre cuando es consciente de todas las mujeres de este país y de tantos otros que han tenido que vivir en silencio, sin poder expresar sus emociones y sus pensamientos más profundos durante toda una vida, sin poder actuar en los teatros, escribir tan bien o mejor que un hombre ni participar en actividades de ocio de ninguna índole.

Me molesta que hoy en día se sigan perpetuando los puñeteros estereotipos de cómo tiene que ser una mujer "femenina",y las alusiones en general, tanto estéticas como de modus operandi, que podemos ver tanto en revistas que irónicamente hablan de la mujer actual, como en la publicidad y en general los medios de comunicación. Es una vergüenza, y me da muchísima pena que una mujer piense que tiene que ser como dictan este tipo de retrógrados para sentirse aceptada o más valiosa, así que mucho me temo que como sigamos aceptando en silencio que un grupo de imbéciles nos digan cuatro guarradas por la calle o nos tengamos que sentir mal si tenemos una opinión formada sobre las cosas a la hora de debatirlas con un hombre estamos jodidas.


Fin.



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