Porfirio.
Me has maldecido con tu sino.
Al comprender tus palabras
poseíste mi camino.
Surcaste mi alma aquella noche,
invadiendo mi calma, me arrastraste,
violaste todo código decible,
y yo los violé todos contigo.
Pesadilla que aúlla,
exigiste la franqueza,
desnudando mis flaquezas
arrancándome la paz.
Ni una hora de luz en este día,
en este alba de gritos y fantasmas,
en el que cruel tu tiranía,
me hizo seguirte,
hasta el infierno.
Yo te busqué,
no así, ni a mi.
Y eso ha sido todo,
un túnel hacia adentro
cada vez más angosto
hacia el mal, hacia el centro.
-Tenía que suceder,
alguien me dijo.
Ahora que lo comprendo
déjame
la honestidad duele demasiado.
Tú me dueles
como sólo la verdad araña.
Me has maldecido con tu sino.
Al comprender tus palabras
poseíste mi camino.
Surcaste mi alma aquella noche,
invadiendo mi calma, me arrastraste,
violaste todo código decible,
y yo los violé todos contigo.
Pesadilla que aúlla,
exigiste la franqueza,
desnudando mis flaquezas
arrancándome la paz.
Ni una hora de luz en este día,
en este alba de gritos y fantasmas,
en el que cruel tu tiranía,
me hizo seguirte,
hasta el infierno.
Yo te busqué,
no así, ni a mi.
Y eso ha sido todo,
un túnel hacia adentro
cada vez más angosto
hacia el mal, hacia el centro.
-Tenía que suceder,
alguien me dijo.
Ahora que lo comprendo
déjame
la honestidad duele demasiado.
Tú me dueles
como sólo la verdad araña.