sábado, 29 de noviembre de 2014

Al fondo de este incierto túnel
una suerte de aspas enfrentadas
puñados de hormigas que me sangran
preñadas de ansiedades encontradas.

Es el último round
desvío fragmentado
al abismo perpetuado
de cenizas esparcidas
para buscarte en su seno
como quién vuelve al útero materno.

Besar la cima
y encontrarla en verdad insuficiente
destruir entonces las fronteras del espanto
al fijar una distancia con la vida
que te ayude a asimilar este destierro.

El deseo de ausentarse en las preguntas
o dejar de socavar las tierras del olvido
quizá esa sea,
la sutil certeza primogénita.

Y ese miedo a ser disparada
ese miedo inexcrutable
a que te disparen otra vez.





jueves, 27 de noviembre de 2014

Ispilua

" Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.

De tus ojos, sólo de ellos,
sale la luz que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves. Nada más.

Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con los besos,
con los dientes la desgarras:
ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.

Porque has vuelto los misterios
del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras:
la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.

Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
-la única que te ha gustado-.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo. "

Salinas.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Una loba sin garganta.

Es el lobo
aquél que con su zarpa
atraviesa la hojarasca.

Es la piel
cobertura de toda conexión.

Hoy se entrega al aire
para que todo lo superfluo
no afecte a la semilla.

Quiere correr desnuda
entre techos amarillos
y que llueva
hasta desaparecer.

Dejarse calar,
arrastrada por la vida,
sintiéndolo todo,
abrigada por la tarde.

Respirar el aire hasta que duela,
llorar a bocajarro,
comer la tierra con las manos,
aullar hasta rompérsele
la voz,
y la garganta.

Dejar de ser un ente
al que quisieran negar.

Porque
cuanto más frío hace fuera
más nos encogemos

-Como si hubiéramos dejado de ser
por haber perdido a alguien-

en vez de dar el salto
saliendo de esta manta
seda virgen y arrugada,
y tirarnos al vacío,
sin memoria
y sin palabras.


Ha pasado el tiempo,
ya nada reconoces.

Pero nunca en la vida
has dudado menos
de la esencia de las cosas.

Esa que prevalece al castigo,
al dolor por el dolor,
que huele a lluvia y a madera
y se mantiene firme
atada a la consciencia.

 

viernes, 7 de noviembre de 2014

(Silencio)

Dormita
fiera mía,
y no rujas tu valía.

De ese modo,
tú jamás
rozarás
tanta bajura.

(Silencio)

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Qué dirás de mi.

Presa de alguna extraña motivación
vuelvo a esa plaza.

Esa puta imagen taladrándome la mente.

Allí está ella, joven, diáfana
modélica y blanca.
Sin maldecir,
sin desgastar,
están brillándole los ojos.

Tiene un hijo pequeñito,
con los papos regordetes,
es  perfecto,
un ángel de dientes diminutos.

Come Aspitos,
y sus ojos tan brillantes,
sus ojos tan oscuros,
son espejos de la vida.

Tiene su rostro tanta paz
que las palomas se le acercan
como imantadas
al concepto de pureza.

De pronto, un ruido seco.
Y el niño yace, boca arriba, sobre el suelo.

Un segundo le ha hecho falta
para caer, hacia detrás,
desde cinco escaleras infinitas.

Entonces pierde la consciencia,
y la niña que era se quiere morir.

Tiene tan sólo siete años,
y es la primera vez,
que decide morirse.

....

Desde que recordé ese momento,
no dejo de ver
los rostros envejecidos brillando.

Y me aniquila el reloj,
cada vez que no aprovecho el tiempo.

Y mi claustrofobia es proporcional
al miedo que siente
todo el mundo a mi alrededor.

...

Sienta las bases,
crece, crece, crece,
se responsable,
posee un digno trabajo
para la felicidad ajena
y tu prisión.

En la que no habrá flores
como te equivoques.

Eso es lo que te dicen.
...

Cércame,
por favor,
estoy tan acostumbrada a la falta de libertad
que no se qué haría con ella si la tuviera.
Dame la seguridad
que ya no siento en ningún lado.

Ayúdame a dejar de pensar.
....

Como me vuelvas a decir
que me siente en esa silla
te juro que voy a romper esa ventana.

Como se te ocurra volver a decirme
que cuáles son mis planes
te juro que no respondo de mí.

...

No tenéis bastante ya,
con desproveernos
de lo único que tenemos en la vida,
que es el tiempo,
con vuestras putas plantillitas
controlitos, trabajitos
para hacernos un poquito
sólo un poquito
más jodidamente gregarios?

...

Quizá me esté pasando.

-Qué desagradecida,
pensarán algunos, indignados.

-Qué desquiciada está,
pensarán esos otros, que por supuesto,
no quieren entenderme.

Porque jode entender,
que ahora, que tenemos los ojos brillantes,
y que estamos sanos,
y deberíamos ser invencibles,
somos más frágiles que nunca.

Nunca hemos conocido al miedo tan de cerca
y nunca nos hemos sentido más solos
que ahora,
hermosos huérfanos de la alegría.



















































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