Y ahora tú.
También te sientes traicionado,
y yo, sin poder moverme,
ni excusarme ,
ni volver a sentirme pura ante tus ojos,
trato inmovil de olvidar el problema para salvarme.
Y no funciona casi nunca,
porque no hay drogas que curen la falta de esperanza, ni que evaporen a los que importan,
esos que cada vez son menos,
esos que cada vez sientes más lejos.
Lo bonito es efímero en este tiempo,
egoísta, inmaduro, que vemos que se acaba,
que necesitamos estirar,
y estimulados,
dejamos en el camino lo mejor que encontraremos.
Buenas noches a todos los que fueron los únicos,
los únicos a quienes debí de querer.
lunes, 28 de noviembre de 2011
jueves, 24 de noviembre de 2011
Realidades.
Quiero recordarlo todo.
Quizá esa sea mi última meta,
o quizá no.
Te despiertas llorando,
pero no se trata de un llanto rabioso o autocompasivo.
No pretendes recuperar recuerdos ni el tiempo.
No es eso.
En mi sueño,dos realidades.
Una, en la que había habitado tres días,
en la que un ente que me conocía
-y yo sentía- parecía quererme,
me observaba, cuidando de mí como una madre.
En el mismo cuarto, personas distintas en las que pienso, con las que hablo, se relacionaban entre sí.
Era bonito.
Estábamos todos desnudos, sin estarlo, y escuchábamos al resto como si no esperáramos a hablar,
sino a escuchar.
Estaba en silencio la casa,
la luz entraba por un ventanal amarillo, las paredes eran azules,
yo dormía en un cuarto vaporoso y ligero,
como de mar, nostálgico y tenue, como el de Fez,
y mi amiga en el contiguo, naranja, soleado, como ella.
Dos realidades al mismo tiempo,
cuando en realidad son tres, contando al pasado,
las que siento mías,
destrozandome el corazón y haciendome reir al mismo tiempo.
Viví esas vidas mientras pensaba en lo que sería la vida,
mientras ya sentía dentro de mí la pérdida,
mientras vivía,
y llena de vida la vida se apoderaba de mí.
Tanto tiempo pensando en cómo llenar las horas,
y mientras éstas pasaban,
nunca nuestros cuerpos fueron más jóvenes,
nuestras mentes tan rápidas,
nuestras almas más grandes,
nunca más nos alimentamos de tantos sueños sin terminar.
Quizá esa sea mi última meta,
o quizá no.
Te despiertas llorando,
pero no se trata de un llanto rabioso o autocompasivo.
No pretendes recuperar recuerdos ni el tiempo.
No es eso.
En mi sueño,dos realidades.
Una, en la que había habitado tres días,
en la que un ente que me conocía
-y yo sentía- parecía quererme,
me observaba, cuidando de mí como una madre.
En el mismo cuarto, personas distintas en las que pienso, con las que hablo, se relacionaban entre sí.
Era bonito.
Estábamos todos desnudos, sin estarlo, y escuchábamos al resto como si no esperáramos a hablar,
sino a escuchar.
Estaba en silencio la casa,
la luz entraba por un ventanal amarillo, las paredes eran azules,
yo dormía en un cuarto vaporoso y ligero,
como de mar, nostálgico y tenue, como el de Fez,
y mi amiga en el contiguo, naranja, soleado, como ella.
Dos realidades al mismo tiempo,
cuando en realidad son tres, contando al pasado,
las que siento mías,
destrozandome el corazón y haciendome reir al mismo tiempo.
Viví esas vidas mientras pensaba en lo que sería la vida,
mientras ya sentía dentro de mí la pérdida,
mientras vivía,
y llena de vida la vida se apoderaba de mí.
Tanto tiempo pensando en cómo llenar las horas,
y mientras éstas pasaban,
nunca nuestros cuerpos fueron más jóvenes,
nuestras mentes tan rápidas,
nuestras almas más grandes,
nunca más nos alimentamos de tantos sueños sin terminar.
martes, 22 de noviembre de 2011
Regasu.
Laberínticas callejuelas en que perderse,
fachadas de azulejos brillando al sol del invierno,
decadencia colorida, dejadez urbana y pobredumbre humana asomando tras cada esquina,
basura y el fado convertiendo al aire en un baile de nostalgias.
Vasto Tajo cortando la vieja ciudad envenenada y hermosa,el puente americano colorado al día,
luz en la oscuridad del alma devastada.
El barrio más alto que la luna fragmentada,
reinando altiva sobre el luso paisaje ,
la caída del sol en los tejados,
el olor a mar escuchando el romper de las olas al compás del jazz gitano,
las confidencias con mantas de colores.
Los olores,
las cuestas que un tranvía de madera, y de juguete,
repasa lentamente.
El calor de un hogar,la mezcolanza de lenguas,
especias, la bossanova y la madera,
los sueños y las buenas almas en busca del humanismo que requiere un mundo mejor.
Lorenzo rozando suave al mediodía en el mercado,
café con canela y pastel de Belén a las cinco,
templados los cuerpos con pasado común,
compenetración de dos viejos veteranos de guerra,
el calor de algo demasiado conocido,
que quema si pretendes volver.
Como el primer cigarro,
los primeros abrazos,
mejores que el sexo,
cuerpos que vuelven a encajar.
Un cuento que deseas volver a leer por primera vez,
la capital desborda postales con su belleza clásica,
insaciable y misteriosa,
soberana y perfecta,
sucia.
Mia en la memoria por los siglos.
fachadas de azulejos brillando al sol del invierno,
decadencia colorida, dejadez urbana y pobredumbre humana asomando tras cada esquina,
basura y el fado convertiendo al aire en un baile de nostalgias.
Vasto Tajo cortando la vieja ciudad envenenada y hermosa,el puente americano colorado al día,
luz en la oscuridad del alma devastada.
El barrio más alto que la luna fragmentada,
reinando altiva sobre el luso paisaje ,
la caída del sol en los tejados,
el olor a mar escuchando el romper de las olas al compás del jazz gitano,
las confidencias con mantas de colores.
Los olores,
las cuestas que un tranvía de madera, y de juguete,
repasa lentamente.
El calor de un hogar,la mezcolanza de lenguas,
especias, la bossanova y la madera,
los sueños y las buenas almas en busca del humanismo que requiere un mundo mejor.
Lorenzo rozando suave al mediodía en el mercado,
café con canela y pastel de Belén a las cinco,
templados los cuerpos con pasado común,
compenetración de dos viejos veteranos de guerra,
el calor de algo demasiado conocido,
que quema si pretendes volver.
Como el primer cigarro,
los primeros abrazos,
mejores que el sexo,
cuerpos que vuelven a encajar.
Un cuento que deseas volver a leer por primera vez,
la capital desborda postales con su belleza clásica,
insaciable y misteriosa,
soberana y perfecta,
sucia.
Mia en la memoria por los siglos.
miércoles, 16 de noviembre de 2011
Como cuando escribías sobre la soledad sin tener la suerte de conocerla,
como cuando temes a la muerte sin imaginarte siquiera lo que supone,
como cuando tienes la certeza absoluta de que jamás te decepcionarán,
como cuando tenias pesadillas y al despertar tu vida era el mejor sueño posible,
o como cuando creías que tus padres eran seres perfectos y felices.
Puede que tu mitomanía sea suficiente, y seas creyente.
O puedes guiar tu vida y arrastrarla hasta el mayor de los infiernos.
Has crecido, tuyo es el poder, tuya la energía.
Infinita.
como cuando temes a la muerte sin imaginarte siquiera lo que supone,
como cuando tienes la certeza absoluta de que jamás te decepcionarán,
como cuando tenias pesadillas y al despertar tu vida era el mejor sueño posible,
o como cuando creías que tus padres eran seres perfectos y felices.
Puede que tu mitomanía sea suficiente, y seas creyente.
O puedes guiar tu vida y arrastrarla hasta el mayor de los infiernos.
Has crecido, tuyo es el poder, tuya la energía.
Infinita.
martes, 1 de noviembre de 2011
Deseo
¡El deseo!
Nos empuja y nos crucifica, llevándonos cada día al campo de batalla donde, la víspera, fuimos derrotados, pero que, al alba, de nuevo se nos antoja terreno de conquistas; nos hace construir, aunque hayamos de morir mañana, imperios abocados a convertirse en polvo, como si el conocimiento que de su caída próxima tenemos no alterara en nada la sed de edificarlos ahora..
Nos insufla el recurso de seguir queriendo lo que no podemos poseer, y al llegar la aurora nos arroja sobre un campo lleno de cadáveres.
La elegancia del erizo
Nos empuja y nos crucifica, llevándonos cada día al campo de batalla donde, la víspera, fuimos derrotados, pero que, al alba, de nuevo se nos antoja terreno de conquistas; nos hace construir, aunque hayamos de morir mañana, imperios abocados a convertirse en polvo, como si el conocimiento que de su caída próxima tenemos no alterara en nada la sed de edificarlos ahora..
Nos insufla el recurso de seguir queriendo lo que no podemos poseer, y al llegar la aurora nos arroja sobre un campo lleno de cadáveres.
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