martes, 28 de octubre de 2014

Luego digo que no.

La televisión suena de fondo
y la enfermedad monopoliza
su discurso
nuestro corazón.

Entonces yo me pregunto
si es una enfermedad también
quererme fuera de este mundo.

Amenazan los monstruos del motor
con engullirnos
cegarnos con sus grandes ojos amarillos
pienso mientras rebaño la sal
que aún me queda en los labios
y mis piernas hormiguean
de tanto caminar sin dirección.

A veces pienso
que el universo
determinó un tiempo global
para el amor.

-Luego digo que no-

Pero una pesadez gravita en mí
frente a letreros del noventa
y la plenitud se vuelve otoño.

Y los árboles leprosos
mientras giramos
ayudados por cerveza
y me preguntó en alto
quién dejó
que flotáramos así.

Entre fosforescentes
bares de viejo
y farolas de la expo
me pregunto en alto
quién se encargó
de apagar tu corazón.

-Luego digo que no-

Otras voces de mi alma
suenan lejos
mientras se da el abrazo
y el miedo
me pregunta a mí
si la silla está ocupada.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales

Mi foto
Una vida no cabe en 1200 caracteres.

Trying to.