miércoles, 27 de octubre de 2010

A propósito de lo que hubo

Ahora que ya,

no me afecta la pobreza de sentimientos,

que pensar en lo que pudo ser y no fué no me desgarra por dentro,

que voy templando mis conflictos internos,

que no alimento mi alma con sentimientos en conserva,

que te he desprovisto de ese aura que hasta ayer te rodeaba,

que he taponado la pérdida con otras voces, con otros cuerpos.

Que no me vibran las entrañas con tu recuerdo contaminado,

que me siento mucho más yo a pesar de lo que me ha costado.

Punto y final a la masoquista memoria,

el luto ha terminado.

A base de inyectarme vida me he curado las ausencias,

otros vientos cosen con luz lo que dejaste.

Y todo va bien,

y me sorprendo sonriendo a la belleza como antes,

sin pensarte,

a sabiendas de que posiblemente,

conocerte fué lo peor y lo mejor que me pudo haber pasado.

Pero a pesar de todo

algún día te has asomado en mi mente como eras cuando me querías,

y te he visto dormido, recostado en el colchón del suelo con tus libros,

inundados con la luz naranja que nos teñía los cuerpos llenos de vida,

cuerpos que parecían emular algo puro y perfecto,

que parecían decir sin palabras,

que parecían encajar sin treguas.

Que parecían.

Aquél rincón de la ciudad donde me diste todo con V de vuelta,

donde me rendí sin orgullo a tu voz grave.

Y sin arrepentimientos, pero con la decepción como bandera,

sólo puedo decir, que la próxima vez que me entregue

será con garantía.

jueves, 21 de octubre de 2010

Sucede que a veces.

Grande, como siempre, Ismael.


Sucede que a veces la vida mata y el amor
te echa silicona en los cerrojos de tu casa,
o te abre un expediente de regulación,
y te expulsa del Edén, hacia tierras extrañas.
Sucede que a veces sales de un bar y la luz
quema la piel de este vampiro que te ama,
te llena la frente de fino polvo marrón-sur,
bostezas y te queman agujetas en las alas.

Pero sucede también
que, sin saber cómo ni cuándo,
algo te eriza la piel
y te rescata del naufragio.

Y siempre es viernes, siesta de verano,
verbena en la aldea, guirnaldas en mayo,
tormentas que apagan el televisor.
Teléfonos que arden, me nombra tu voz,
hoy ceno contigo, hoy revolución,
reyes que pierden sus coronas,
verte entre la multitud,
abrazos que incendian la aurora
en las playas del sur.

Sucede que a veces la vida mata y te encuentras
solo y en este corazón no reciclable
se hunden petroleros desahuciados y sospechas
que provocan miopía en lanzadores de puñales.
Sucede que a veces la vida mata y el invierno
saca su revólver, te encañona en las costillas,
te aterran los álbumes de fotos y el espejo,
huele a pino el coche y el mar a gasolina.

Pero sucede también
que, sin saber cómo ni cuándo,
algo te eriza la piel
y te rescata del naufragio.


miércoles, 13 de octubre de 2010

Enfermo no, terminal.

Vivimos en un momento vacío y desangelado de la historia,
sin pertenecer a una generación ni a otra, en el corto espacio temporal que nos ha tocado vivir, para nuestra suerte o desgracia.

No estamos en una guerra con nombre, pero nuestras guerras esperan latentes en el fondo de todo lo que hacemos y vemos sin querer ver.
Es nuestro pan de cada día el saber que aunque cerrar los ojos funcione, hay verdades ocultas a la primera mirada pero no a la mirada que busca.

Es entonces , al buscar, cuando no se pueden dar pasos hacia detrás.
Cuando no eres inocente, y tu vida no puede seguir el mismo rumbo, de manera lineal e impermeable como antes.

Probablemente el momento y lugar en que se plantean miles de nuevas incógnitas, y te descubres ante un abismo nuevo que da vértigo, pero es más tu que todas las cosas, y sientes de alguna forma que es ESE el único camino.
Con menos hipocresía, coherente y sano, sacando lo mejor de cada ser, haciendo que la sensibilización respecto a los problemas humanos atraviese cada uno de nuestros poros, creando personas íntegras.

Aquí estamos por tanto, andando deprisa, engullendo los momentos con voracidad y sin disfrute, albergando en la mente pensamientos breves y sin modelar, que como entran, se evaporan de nuestro imaginario rápido y sin dejar huella.

Con grandes planes, con falta de futuro y grandes dosis de "ahora" , con sueños, dudas e interminables sensaciones de incertidumbre y vértigo.
Vamos conociendo nuevos roles, facetas que desconocíamos de nosotros mismos, caras oscuras, grandes virtudes.

Y algunos sufrimos por cada una de las personas que sufre con razón, y llora con razón y muere sin ninguna razón, más que la de que el hombre ha hecho más mal que bien en este Mundo regalado.

Esperan mucho de nosotros, pero que esperan de sí mismos? La esperanza somos nosotros, el futuro, pero qué tipo de futuro podemos crear con el penoso legado que hemos heredado?
Tengo miedo del alcance del mal.

De la falta de escrúpulos y de palabra , de lo poco que parecemos necesitarnos los unos a los otros. Todos se mueven por intereses, por trueques, por necesidades momentaneas.
Relaciones de usar a tirar, sin trascendencia ni transparencia de sentimientos.

Se nos han olvidado muchos verbos, a los de este siglo, los de las redes sociales, los de los e-book y la descarga de cine y música vía internet..
En realidad, nunca los aprendimos.
El egoísmo y el egocentrismo y todos los fenómenos que sólo incluyen a uno mismo en el reparto de la obra, han hecho mucho daño a los que estamos y lo harán a los que llegan.

Fríos, desapegados, incluso robóticos, todos iguales aunque vistan ropas diferentes, con las mismas ganas de gustarse a sí mismos y al resto como reafirmación, por la imagen, por la fama, por el vil metal, me asqueo al ver en dónde me he metido.

¿Fueron otros siglos y épocas como ahora las vemos? Realmente no desearían las personas que vivieron en ellas haber nacido en otro tiempo también anterior?
Es posible, pero hay cosas que ellos tenían que guardaban una esencia que hoy en día me cuesta encontrar.
Las ciudades cada vez se parecen más entre sí dentro de la "vieja" Europa, la moda se globaliza, la música se globaliza,la gente conoce a gente de otros continentes y se enamora por cable..

Las buenas intenciones no acaban más que en barata prostitución de principios.



Me siento sola en esta época desencantada, donde las únicas personas que cayeron de una máquina del tiempo también por equivocación se han olvidado de que el verbo "echar de menos" es sin hache.

Realmente estamos jodidos.






jueves, 7 de octubre de 2010

Bittersweet

La vida continúa sin tu abrigo.
Pasan los días en la Universidad gris maquillada con colores brillantes,
que no puede mentir a pesar de sus intentos.


El otoño cae lánguidamente acariciando los suelos aún cálidos,
sumiendo a la ciudad en un sueño profundo,
cargando de semi oscuridad cada recoveco de cemento.
Y tú no estás.

A veces pasa una luz tornasolada por el aire,
pero se suele quedar en un suspiro,algo ligero y temporal.
Por lo demás, esta época siempre me ha transmitido nostalgia.
Ir al cine, dar un paseo por las orillas de la ría, ver las primeras bufandas,
tener algunos días la sensación de frío en la nariz.
El vaho..

Así sabemos cuando empieza Octubre en la ciudad.
Los bosques, sin embargo se transforman en el mejor de los espectáculos.
Colores dorados, pardos, cobres, envuelven la atmósfera, y cubren los caminos que acompañan al viajero.
Huele a eucalipto y a resina.
Y tú no estás.

Y todo progreso me sabe a retroceso,
y me enfrento a duras penas con cada desayuno,
y me peleo con las sábanas que sólo perfilan mi cuerpo,
y siento que todo es muy frágil,
que yo soy más frágil.

Pero por tí.

Mi mente ha ganado la batalla a los recuerdos por hastío.
Por saber que no me hace bien recordar las carencias en cada canción.

Y si supieras solamente, que nadie te ve como yo lo hago,
que te pienso todavía más de lo que merecería cualquiera,
que hasta yo me sorprendo de lo poco que me quiero.

Con las ganas, buenas noches Mr Darcy del otro lado,
desde esta pantalla,
desde esta pena maquillada y agridulce,
desde lo invisible, lo imposible, pero cierto.

Sea como quieras,
que tú Noviembre sea más dulce que el mío.

Datos personales

Mi foto
Una vida no cabe en 1200 caracteres.

Trying to.