miércoles, 31 de diciembre de 2014




"¡No me dejes sola!
¡No puedo soportar la soledad de verme fuera de donde tú miras"

Jude el oscuro.




miércoles, 24 de diciembre de 2014

Qué somos

Quizá su obsesión con la leche cuajada animal tuviera, a fin de cuentas, una sola explicación.

El hecho de ingerirla, eterna y predilecta devoción, le otorgaba una corrosiva sensación de escozor en paladar, encías, y parte interna e inferior de los carrillos, haciéndole sentir, por un minuto, que iba cerrándose la herida.
Antibiótico Idiazabal, Flor de Esgueva, incluso Torta del Casar.

-Cerraba entonces los ojillos, los abría, pero nadie estaba allí ya, para quedarse-

A veces, era la suavidad del mismo deshaciéndose en la boca, aquello que le acercaba un poco más a ese recuerdo de insaciable comunión, de sedación ante el entorno, de burbuja y elección, desoyendo el ruido de la vida.

Pero todo música.

Era una especie de tregua entre la especie, el mirarnos a los ojos.

Veo en él, representados, esos viajes que emprendimos,
doliéndonos más cuanto más nos acercamos,
a medida que cubrimos los agujeros que asolaban
nuestro eterno y solitario deambular.

Porque Gruyéres somos, envasados al vacío.

Sin perdón, devorándonos la vida, imparable banquete que con gula contemplamos.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Ab ipso ferro

La llanura, 
se encuadra en un fragmento limpio, azul cenizo, de vacío.
Místico e impoluto, hace en él imposible cualquier alteración.
El silencio, es en esta tierra el elegido,
su soberanía, en todo se constata.

Siento mi mirada en el vacío como espejo,
insondables pensamientos
sólo en él se manifiestan.

Bajo su manto,
unas hojas oscilando
como símbolos enclenques
de un amor estacional.

La ferocidad del tiempo,
pero la sensación
de que todo prevalece.

El amor que un día creamos
prevalece.

El tacto de tus manos, y tu voz
en la memoria prevalecen.

La miseria y el dolor,
sobre todo,
prevalecen.

Todo prevalece,
en pequeños rinconcitos
del almario.

(...)

Este lugar sin horizonte
en el que existo
es como un punto de inflexión.

Por ser el centro
la hendidura
más certera
que hoy arrastro.

No avanzamos
sin la nada
no hay posible lucidez
sin el caos anterior

Es lo que duele
lo que cambia
aquél implacable destierro
el golpe a todo lo que fuimos

Por eso,
mientras la tarde se derrite
pura luz oxigenada
tengo la certeza
de que todo guarda su sentido.

Aunque nadie sepa,
ni le importen,
afortunadamente,
mis motivos.









miércoles, 10 de diciembre de 2014

Otro romanticismo
                                                 "...las aguas del olvido "
                                                                             Garcilaso

 "Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!"
                                                                       César Vallejo

Te escribo nuevamente desde una tarde helada
de esas en que nos puede el sentimiento
y la obsesión -ese pingajo de la soledad-
te derriba, te ocupa, sienta plaza en tu cuerpo
y, lo más peligroso, te alumbra, te interroga.

Y ves que los renglones se estrechan,
las letras se amontonan
y comprendes el hueco imposible,
el espacio que nunca compartimos
y este bello recurso de contarte la vida
poblando de historia y de sueños
las hojas tibias del dolor
que tanto me recuerdan tus muslos o tu espalda.
Por ellos navegué durante tanto tiempo,
en ellos aprendí tantas cosas extrañas,
tanto golpe de mar,
que parece imposible olvidarte así, de pronto,
como quien tira la luz por la ventana,
como quien se despuebla de golpe de esperanza.

¿Quién puede responder sin ningún truco
a las preguntas viejas, enquistadas,
hechas parte de ti?

¿Quién cruzará de un salto las aguas del olvido
sin sentir cómo quema en la carne la sorpresa de un día,
las sábanas de un día, los cuerpos ofreciéndose,
las ojeras del gozo al amanecer?

¿No volverá el amor ,
aquel juego con náufragos y cofres,
a sorprendernos con su mano abierta,
a dejar en la playa de un hombro
como alga de plata que reposa
la saliva brillante del deseo?

Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!

Por eso he de decirte -aunque sea por escrito-
f que está la casa abierta para ti,
que te esperan los libros, el té, mi soledad,
las dudas de las tardes de domingo,
la pequeña verdad
que no se tiene en pie sin tus palabras.

No es posible saber cuando todo enmudece
y la vida se ha vuelto una sórdida esquina
si nos falló el presentimiento
o será que el mercado nos fue tragando
con sus comadres y su algarabía,
que no supimos vernos ni hablarnos
entre anuncios de sopas luminosas,
promesas y altavoces
pregonando los últimos saldos
de la felicidad.

Será que llevaremos inevitablemente
un lenguaje podrido que amarga el paladar
y te pone a escupir en mitad de la urgencia
cuando toda la historia apenas si consiste
en decirnos que sí, que nos amamos.

Y los golpes, tan fuertes, las aguas del olvido,
                                                                 tan hondas... Yo no sé!

Hay cosas en la vida
que sólo se resuelven junto a un cuerpo que ama.

Y cartas que se escriben
cuando la prisa clava su aguijón
y te deja colgando del alero
y te da por pensar
que es posible que no nos conociéramos
aunque fuimos viviendo el mismo frío,
la misma explotación,
el mismo compromiso de seguir adelante
a pesar del dolor.

martes, 2 de diciembre de 2014

Inhabitada

Ahí está el mundo.

Monstruo carnívoro,
cuya luz desordenada
no nos dejará
de atormentar.

En él
todas las preguntas se disparan
y la falta de palabras
nos impide contestar.

-Súbitamente,
escozor del alma y las entrañas
turbia la mirada
se atraganta en el encuentro
retenida en el vacío-

Por eso,
nosotros frenamos la alegría
porque hemos muerto demasiado
y sutilmente heridos
aún nos sentimos profanados.

Una alteración cósmica
se nos revela
cada vez
que luchamos por sentir.

Pivotamos del chispazo a la ceniza
marionetas
a pilas funcionando.

Y yo ya no se,
si es que no lo merecemos
-moribundos del abrazo-
o el vislumbrar de nuevo el abandono
es hoy frontera del suicidio emocional.

Compartimos besos como el pan
básicos e introductorios
sucedáneos efervescentes
del rápido ser
tratando de esta forma
de sentirnos habitados
por el otro.

Noches, minutos o miradas.

Versa sobre esto el desaliento
quizá más hondo
en las tardes menos cómplices
donde pierdes la cabeza
un pendiente
o el sentido de la vida.

Porque esta lejos tu casa
y tu mente habita allí.

Alucinaciones
a veces creo que es esa
la base del transcurso
el no saber y adelantarse
volver atrás,
o recular sin miedo
hacia el ahora.

Somos suero
que inyectamos a los otros
con las manos, la emoción
y la palabra.

Separados,
en verdad, por demasiado,
cada ser,
infinitamente lejos.

Golpes de sangre
los orgasmos que sentimos
una vez nos encontramos
tras los años
en Siberia
atrapados
tú y yo.

Sosteniendo
en fa mayor
esas manos temblorosas
del principio de la noche.

Rásgame
aunque sea la piel
y no me duela
hazme sangrar.

Haz que me detenga
tu obcecado sexo
y que se paren
el reloj y las alarmas
en medio del naufragio.

Y enciéndeme
aunque sea con tu sombra
y que pierda la consciencia
del dolor que siento
cuando existo
inhabitada.








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