jueves, 27 de junio de 2013

Mudanza.

Crecer.

Mirarse al espejo, sin prisa.
Saberse dueño de un cuerpo aceptado,
sucumbir a la imperfección que asola nuestras vidas,
preferirla ante lo impuesto, 
quererse.

Nada ocurre mientras exista la certeza,
de que una luz cegará nuestro mañana,
mientras la compasión te atraviese,
habrá paz,
mientras la emoción te persiga
resurgirá.

Porque cuando tú y yo 
nos miramos,
sin hablar de nada que parezca importante,
trazamos un cuadro
indisoluble
nos estamos recreando en el pasado.

Porque seguimos vivos, 
sabiéndonos cerca,
intuyéndonos,
aprendiendo cada gesto,
siempre un poco menos solos.

Pregúntame por qué mientras duermo,
cuando soy verdad bajo las sombras,
en ese instante que prefieres,
porque me quedo contigo.

Acércate,
el miedo es necesario,
y huir,
negar la posibilidad.

Yo te querré 
aunque me mude de piel 
cientos de veces
aunque recoja mis cajas
y tú no me creas.

Aunque te espante la idea,
te llevo conmigo.



martes, 11 de junio de 2013

Fija en el vacío.

Imperturbable,
desdibujan se las líneas de mis manos
lo que parece ser la estampa,
de la vida que elegí.

Escozor, (r)ojo sin brillo,
el sol cristaliza las retinas
y sin poder pestañear
trata de ver
lo que -no sabe- no existe.

De inventar una verdad, por difícil que parezca.
El eco que en silencio el cuerpo invade todavía.

Nitidez que duele, así te siento,
sin tus manos, y esa sombra, volviendo a sus orígenes.
Que disminuye a medida que yo crezco, mientras  caigo,
y me hundo, sin sentir que el suelo me sujete,
dando vueltas sentada en una silla,
aunque ya esté casi llegando,
girando más, destrozando,
las capas de tierra que hasta ayer me sostenían.

Flores ásperas, escuálidas, sin esencia,
hoy gravitáis, levitando en torno a mi figura,
gente sin ser, que no me (e) lleva a nada,
sólo personas
a las que no puedo mirar.

Necesidad ebria,
deliro destructivo, luz de amatistas
devuélveme tu sien, tu centro, tu asidero.

Tuerce la tarde con sus luces,
alborada remiéndame los hilos,
mientras todo fluye en consonancia con mi sangre,
y se arremolina en el vacío,
del aire que se esconde en cada gesto
de la certeza que me devuelve a tus entrañas.


Datos personales

Mi foto
Una vida no cabe en 1200 caracteres.