Pesados sueños tildan de miedo los ojos ,
trucan la vida,
la convencen,
tristemente seduciéndola,
sacudiéndole la frente,
regresando.
Eras,
siempre fuiste,
el sueño más recurrente.
El abrazo de las vísceras,
nuestro por quizás doce segundos.
Basta.
Déjame ir ,
no me busques en los telares subconscientes,
si luego nada existe,
si me dejarías desnuda hasta en la nieve.
Te conozco,
lárgate con tu mirada triste,
con tu cuerpo -antes tan mio-
y llévate lejos tus palabras,
esas mariposas de la muerte,
que quieren destrozarme.
Déjame ir,
yo ya lo hice,
aunque me claven las mañanas
todos sus puñales.
Aunque te duela, sigo
aunque te aferres, vivo.
trucan la vida,
la convencen,
tristemente seduciéndola,
sacudiéndole la frente,
regresando.
Eras,
siempre fuiste,
el sueño más recurrente.
El abrazo de las vísceras,
nuestro por quizás doce segundos.
Basta.
Déjame ir ,
no me busques en los telares subconscientes,
si luego nada existe,
si me dejarías desnuda hasta en la nieve.
Te conozco,
lárgate con tu mirada triste,
con tu cuerpo -antes tan mio-
y llévate lejos tus palabras,
esas mariposas de la muerte,
que quieren destrozarme.
Déjame ir,
yo ya lo hice,
aunque me claven las mañanas
todos sus puñales.
Aunque te duela, sigo
aunque te aferres, vivo.